En el marco del Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos, la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad), en coordinación con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), realizaron el IX Seminario de Inocuidad de los Alimentos, bajo el lema “La ciencia en acción”, reafirmando el papel esencial de la ciencia en la protección de la salud pública y la seguridad alimentaria.
El evento, que congregó a cerca de 200 participantes en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, sede Ibarra, reunió a diversos actores del sistema alimentario nacional, quienes analizaron el papel de la evidencia científica en la toma de decisiones responsables en cada etapa de la cadena alimentaria, desde la producción primaria hasta el consumo final.
Impulso a la gestión del riesgo en la inocuidad alimentaria
Durante el seminario, Agrocalidad anunció el impulso a la conformación del Comité Nacional de Análisis de Riesgo en Inocuidad Alimentaria, con el objetivo de articular esfuerzos entre instituciones públicas, privadas y académicas. Este comité permitirá compartir información clave, evaluar peligros conocidos y emergentes, y brindar asesoramiento técnico a autoridades, industria y consumidores, fortaleciendo así las decisiones basadas en ciencia para garantizar alimentos seguros.
Rommel Betancourt, coordinador general de Inocuidad de los Alimentos de Agrocalidad, enfatizó la responsabilidad que tienen los productores en adoptar prácticas responsables, orientadas a ofrecer alimentos seguros y nutritivos a la población ecuatoriana. “La ciencia nos guía para actuar con responsabilidad, anticipar riesgos y proteger la salud pública”, expresó.
Un llamado global a la acción
Las ponencias abordaron temas como la aplicación de la investigación científica en la inocuidad alimentaria, la gestión de riesgos en la cadena agroalimentaria, y la necesidad de alinear políticas públicas con evidencia científica para responder a desafíos locales y globales.
El seminario reiteró la importancia de la colaboración multisectorial y el compromiso institucional para que los alimentos que cruzan fronteras cumplan con estándares de seguridad y calidad, protegiendo así la salud de los consumidores y fortaleciendo la confianza en el sistema alimentario.